Este artículo, publicado originalmente en inglés por Chalkbeat Chicago, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).
Como maestra de preescolar que podría estar entre los primeros educadores en regresar a las aulas bajo el plan de reapertura de las Escuelas Públicas de Chicago, en sus preguntas Karina Cunculs aborda temas que los funcionarios no suelen analizar.
¿Cómo mantienes tu distancia cuando un niño pequeño necesita ayuda en el baño o al limpiar su nariz? ¿Qué le dices a un niño de 3 años cuando quiere un abrazo?
Y, ¿qué pasa con los juguetes — el Play-Doh, las estaciones de juego sensoriales y los bloques de construcción — elementos básicos en un salón de preescolar que ahora son reliquias de una era pre-pandémica?
“Educamos por medio del juego. Si no pueden usar los juguetes, el aula se verá muy diferente. ¿Cómo puedo mantenerlos ocupados?”, cuestiona Cunculs, quien da clases en un centro de educación temprana en el barrio McKinley Park, ubicado al sur de la ciudad.
Todavía no hay fecha de regreso a las aulas, pero los directivos y oficiales de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS por sus siglas en inglés), le han dicho a los maestros de preescolar que serían de los primeros en regresar a las aulas, a medida que se preparan para la fase de aprendizaje en el aula por grado.
Con el sindicato que los representa oponiéndose al plan el cual los líderes sindicales argumentan que se realizó sin su aportación, los maestros describieron sentirse ansiosos y en conflicto, incluso cuando reconocieron que las inscripciones estaban a la baja, así como otros problemas con la educación a distancia.
La seguridad es la principal preocupación de los educadores, pero la duda también se deriva de lo que dicen, es una lista larga de preguntas sin respuesta, en particular para educar a niños de 3 y 4 años.
Qué tan rápido y con cuánto detalle Chicago aborde esas preguntas, podría ayudar a determinar cómo reabrir sin problemas.
Estos, algunos de los asuntos que los maestros están tomando en cuenta:
Si en verdad, los edificios reabrirán antes de las vacaciones
Con los índices de COVID-19 en alza, y algunos barrios en Chicago reportando índices de positividad superiores al 20%, a los maestros les preocupa que el regreso en noviembre sea prematuro. Quieren saber qué métricas usaría la municipalidad.
El plan original de reapertura presentado este verano, estableció un umbral diario máximo de 400 casos positivos por día (el conteo de casos de Chicago de siete días es en promedio, de poco menos de 1,600 casos al día).
El distrito ha dicho que un nuevo grupo de personal dedicado está trabajando con funcionarios de salud pública para ayudar con el rastreo de contactos, y que el distrito está monitoreando los datos de escuelas privadas y parroquiales, campamentos y sitios de guarderías, incluso si esos datos se han hecho públicos poco a poco.
Las cifras del departamento de salud pública de la ciudad, obtenidas por Chalkbeat, muestran que, 495 casos de COVID-19 estuvieron vinculados a centros de cuidado infantil, escuelas privadas y parroquiales, y campamentos presenciales desde abril hasta mediados de octubre.
Las cifras respaldan las declaraciones de los funcionarios de salud pública de que estos entornos no han sido el lugar de mayor transmisión, pero no tienen en cuenta el aumento reciente de las infecciones en toda la ciudad.
“Los datos muestran que cuando se toman las precauciones adecuadas, la transmisión en esos entornos es escasa”, dijo a finales del mes pasado Arnie Rivera, jefe de operaciones del distrito, a los miembros de la junta escolar.
A nivel nacional, los datos preliminares analizados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades muestran que los niños en edad escolar son menos propensos a tener síntomas graves o a ser hospitalizados, y con más y más escuelas reabriendo, los brotes han sido relativamente escasos.
“Tengo muchas preguntas”, dijo Liz Carrick, maestra de preescolar en una escuela del sur. “Muchas de mis preguntas son sobre logística, porque la logística es en muchos aspectos menos aterradora que hablar sobre cuestiones de salud y seguridad”.
Algunos padres también han cuestionado si el distrito podría retrasar la reapertura hasta después de las próximas vacaciones, ya que los funcionarios de salud de Chicago han vinculado algunos brotes recientes entre los adultos a reuniones pequeñas en interiores.
Varios centros preescolares y guarderías que están cerrando durante las vacaciones, están retrasando durante varios días, su reapertura para enero después de las vacaciones, considerando el aumento de la exposición debido a reuniones familiares y viajes.
Cómo balancear la seguridad y las necesidades de los niños pequeños
CPS ha publicado algunos detalles preliminares sobre la seguridad, que incluirán un examen diario de síntomas en línea, controles de temperatura y el requisito del uso de mascarillas, excepto durante la hora de la comida. Los escritorios se espaciarán a seis pies de distancia y los estudiantes se reunirán en grupos.
Pero las directrices para el distanciamiento social, la eliminación del contacto físico entre adultos y niños y el uso de mascarillas, pueden ser algo difícil de seguir entre los niños de 3 y 4 años, advierten los maestros. A los niños pequeños les gusta abrazarse. Normalmente no entienden los límites.
“¿Sabes que no puedo hacer?” pregunta Carrick. “No puedo dar un pañuelo de papel a seis pies, no puedo poner una curita a seis pies, no puedo dar un abrazo a seis pies de distancia”.
Cómo mantener las aulas y los juguetes limpios
Pre kínder es distinto a cualquier otro grado. Chicago utiliza un plan de estudios que se basa en el juego y los materiales más comunes no son libros que se pueden borrar fácilmente. Los maestros quieren saber qué juguetes serán recomendados para su uso, cuáles son las mejores prácticas para su limpieza y desinfección, y si el suministro de toallitas del distrito realmente puede satisfacer la demanda de las múltiples sesiones de limpieza.
Los funcionarios de Chicago han dicho que gastaron $2 millones en 86,000 contenedores de toallitas higiénicas y $3.5 millones en 50,000 estaciones portátiles de desinfectantes manuales para áreas transitadas. Cada escuela recibirá una unidad de fumigación y mascarillas para maestros y estudiantes. Hasta la fecha, los costos de emergencia han superado los $116 millones, según documentos presupuestarios.
Pero hasta no estar en el salón de preescolar, dicen los maestros, es difícil estimar cuántas toallitas y suministros de saneamiento se usarán, ya sea para limpiar juguetes entre su uso, para limpiar mesas, o limpiar después de los bocadillos y almuerzos.
“Hay muchos fluidos en un salón de pre kínder”, dijo Terra Calamari, maestra de pre-kínder, quien da clases en un salón mixto que incluye a algunos estudiantes con discapacidades, en una escuela de La Villita. Se pregunta qué guías y equipos específicos se ofrecerán para la capacitación en aseo, ya que algunos niños todavía van a la escuela en pañales y otros tienen accidentes frecuentemente.
“Tenemos estudiantes a los que se les cambian pañales en la escuela”.
Cuántas familias regresarán y lo que eso significa para los maestros que tendrán que hacer malabares con la educación a distancia y en las aulas
Los maestros entrevistados por Chalkbeat dijeron que los primeros resultados de la encuesta mostraron que, cuando se les dio la opción, muchas familias optaron por mantener a los estudiantes en casa durante el segundo trimestre. La siguiente pregunta lógica para ellos era cómo abordar la educación tanto en persona como a distancia.
Los líderes de distrito le han puesto un nombre —educación simultánea— y dijeron recientemente que las escuelas transmitirán las clases en persona desde las aulas a los estudiantes que adhieren al aprendizaje a distancia. Los profesores quieren más detalles.
“No creo que puedas hacer las dos cosas y hacerlo lo mejor posible”, dijo Calamari. “Puedo educar a distancia y hacer lo mejor que pueda, pero no sé cómo dar clases (en el salón) y servir a los niños que quieren quedarse en casa. Incluso en términos de tiempo de planificación: Necesito tiempo para planificar la instrucción asíncrona (para estudiantes remotos). ¿Cómo se supone que voy a planificar para ambas cosas y dar una buena educación a mis estudiantes?”
Luego, está la pregunta de cómo sería un día escolar.
Una maestra del noroeste de la ciudad, que pidió permanecer en el anonimato porque temía poner en riesgo su empleo, dijo que los maestros de preescolar de su escuela ni siquiera sabían qué muebles podrían usar. “Estamos escuchando que no hay muebles, ni siquiera una alfombra. Si ese es el caso, ¿cómo hacemos un círculo matutino? ¿Nos sentamos en las mesas todo el día?”.
Qué apoyo hay disponible
A los maestros con complicaciones médicas o que no tienen cuidado infantil de apoyo, se les pidió que lo compartan en las encuestas del distrito sobre el regreso al trabajo. Todavía no está claro qué acomodaciones se harán, a quién se le pedirá que regrese y cómo es que trabajará el personal.
El lunes, CPS no respondió a la pregunta sobre qué porcentaje de maestros dijeron en las encuestas del distrito que no podían regresar a las aulas debido a una condición médica, ya sea por ellos mismos o por una persona dependiente en su hogar.
Los maestros también quieren saber qué pruebas y rastreo de contactos estarán disponibles para ellos, en caso de que surjan casos en su campus o si las familias reportan casos activos.
El distrito ha dicho que hará pruebas gratuitas de COVID-19 a educadores o estudiantes que muestren síntomas o que tengan contacto con casos confirmados. Los maestros quieren más detalles: ¿Es posible tener pruebas bajo demanda y pruebas semanales? ¿Quién hará pruebas? ¿Cuál será el tiempo de respuesta?
Cómo detener las pérdidas de inscripciones
Los funcionarios citaron grandes descensos en la inscripción al mencionar a los estudiantes de pre kínder entre los que regresarán primero a las aulas. En general, Chicago pierde el 4% de los estudiantes, año tras año, pero el descenso en el preescolar fue más alto: 34% en todo el distrito, y un porcentaje más alto — 44%— entre los preescolares de raza negra.
Los maestros dijeron que la solicitud separada de Chicago para pre kínder, la falta de transparencia sobre las listas de espera y la disponibilidad, así como la política de priorizar a los niños de 4 años, todavía confunde a las familias.
Queda por determinar si a medida de que avance el año escolar se volverán a evaluar las normas en un esfuerzo por reclutar más estudiantes y abordar las tasas de capacidad en un distrito donde, actualmente, aproximadamente 1 de cada 3 lugares en la clase de preescolar está vacío.
Traducido por Gisela Orozco