Este artículo, publicado originalmente en inglés por, Chalkbeat Chicago, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).
Por Yana Kunichoff y WBEZ Curious City
Chalkbeat se asoció con Curious City de WBEZ para responder a una pregunta sobre “Compensaciones por Violencia Policial”, un plan de estudios de la asignatura de Historia, obligatorio para los estudiantes de secundaria y preparatoria de CPS (Escuelas Públicas de Chicago, por sus siglas en inglés). La pregunta la originó Laurie Odell, quien tiene una nieta en octavo grado y se preguntaba cómo va la implementación del plan de estudios. Hablamos con un profesor para evaluar cómo se ejecuta este plan en el salón de clases, pero esto no es el final de la historia. Deseamos escuchar a los estudiantes y profesores de todo Chicago y sus experiencias a cerca de este plan de estudios. Encuentre nuestra encuesta conjunta con Curious City al final de este artículo.
William Weaver sentía que conocía bastante bien a la mayoría de sus estudiantes de décimo grado (segundo año de secundaria o bachillerato en los Estados Unidos), hasta el primer círculo de conversación que organizó para que discutieran sus opiniones sobre la policía, el comienzo de una unidad de cuatro semanas sobre la historia de la tortura policial en Chicago.
Una estudiante se desmoronó. La discusión había sacado a relucir sus heridas: su padre había sido asesinado por un agente de la policía, pero, hasta ese momento, Weaver no tenía ni idea.
“Fue una experiencia muy personal”, dijo Weaver, un profesor de la clase de Historia de Estados Unidos quien actualmente trabaja en Kenwood Academy High School, en el barrio de Hyde Park-Kenwood de Chicago. “Por eso está muy serena. Creo que fue una experiencia sanadora para ella”.
En los años que Weaver lleva enseñando el plan de estudios de Compensaciones por Violencia Policial, ha hecho que decenas de estudiantes hablen de su relación con la policía y piensen en cómo pueden comprometerse más con la sociedad.
El plan de estudios, obligatorio para las escuelas públicas de toda la ciudad, formaba parte de un paquete de reformas exigidas por el movimiento contra la tortura policial en Chicago. El 6 de mayo de 2015, la municipalidad aprobó la Ley de Compensaciones.
Dicha ordenanza incluía pagos en efectivo, educación universitaria gratuita y una serie de servicios sociales para 57 sobrevivientes de la tortura policial, así como una disculpa formal del alcalde Rahm Emanuel y un compromiso para enseñar al público en general sobre la tortura.
Al igual que la naturaleza de la propia ordenanza, el plan de estudios -que Chicago exige en las aulas de séptimo u octavo grado como en las de décimo grado- va más allá de sólo enseñar la historia. Los profesores pueden solicitar que un sobreviviente de la tortura policial hable con los estudiantes a través del Centro de Justicia contra la Tortura de Chicago, un centro de apoyo creado en el marco de la ordenanza. Y junto con los círculos de conversación, o grupos de debate, el plan de estudios insta a los estudiantes a replantearse cómo podría ser la seguridad pública, tal vez sin la policía.
Esto ha hecho que Weaver, y otros profesores de Chicago, se entusiasmen con la idea de utilizar el plan de estudios para abordar cuestiones más amplias sobre la policía y la minoría racial que están siempre presentes en las noticias, y en las vidas de sus estudiantes, actualmente.
Pero también ha hecho que algunos educadores se muestren contrarios a enseñar el programa por miedo a la reacción de los padres o de los estudiantes a que desarrollan un sentimiento anti-policial.
Las Escuelas Públicas de Chicago encuestaron a los directores de las escuelas y a los jefes de departamento a través de su sistema de calificación virtual Aspen en la primavera de 2018, solicitándoles que ingresaran una calificación de aprobado o reprobado en función de si los estudiantes habían tomado el curso o no. Según esa encuesta, más del 90% de las escuelas administradas por el distrito que debían impartir el plan de estudios lo hicieron – pero los datos fueron autorregulados y únicamente muestran las respuestas a nivel de la escuela, que no indican si el material se enseñó en todas las clases, o cuán a fondo los maestros presentaron las lecciones.
El distrito tampoco proporcionó datos más recientes, aunque un portavoz dijo que en general se pide a los directores que den su opinión y se capacita a los maestros sobre cómo enseñar estos contenidos. Por su parte, el Centro de Justicia contra la Tortura de Chicago dijo que había enviado una encuesta en colaboración con el Sindicato de Profesores de Chicago, pero que, debido en parte a la baja cifra de respuestas, no podía precisar el grado de adopción de las lecciones. La organización calcula que recibe unas 75 solicitudes al año para dar charlas en un universo de cientos de clases.
Chalkbeat Chicago y Curious City se reunieron con Weaver, quien fue uno de los educadores que dirigió el plan de estudios en su primer año, y que ha formado a otros educadores, para hablar de su experiencia en la enseñanza de las compensaciones en Chicago.
¿Por qué cree que es importante enseñar el plan de estudios de Compensaciones por Violencia Policial en CPS?
Weaver: Es una clara lección de historia sobre el funcionamiento de Chicago. Creo que se centra menos en la policía y más en el activismo comunitario. Eso es lo que la gente no entiende. Y definitivamente enseña a nuestros estudiantes lo que pueden hacer. Muchos de nuestros estudiantes han tenido interacciones con la policía y esta es una manera de que entiendan su propio poder y cómo manejar situaciones cuando se encuentran con la policía. Diría que a lo largo de los años hemos logrado que nuestros jóvenes se comprometan más cívicamente; ahora hay una presión para sacar a los SRO [agentes de recursos escolares, por sus siglas en inglés] de nuestras escuelas.
Aunque el plan de estudios es obligatorio, me preocupa que algunos profesores se muestren reticentes a enseñarlo. La gente cree que el plan de estudios demoniza a la policía, lo que no es el caso. El plan de estudios se ha politizado.
¿Cuál es su parte favorita sobre la enseñanza de este plan de estudios?
Weaver: El plan de estudios cuenta las historias de los sobrevivientes, lo que vivieron y cómo salieron de ello. Los estudiantes se involucran más al escuchar historias reales de personas que están en sus comunidades y que han pasado por situaciones así. Otra parte es invitar a esos sobrevivientes a una escuela para que hablen con los estudiantes. Esa, ha sido la mejor parte de mi experiencia.
Cuando invité a Darryl Cannon [un sobreviviente de la tortura] a hablar, ellos [los estudiantes] se quedaron sorprendidos por la experiencia, por el hecho de que todavía estuviera aquí, por el hecho de que todavía hablara a la gente sobre el tema. Él se muestra muy emotivo cuando habla, lo que es aún más estimulante porque se trata de un hombre que, años después, sigue impactando por lo que le ocurrió cuando era joven. Muchos (estudiantes) pueden identificarse con lo que le pasó, muchos de ellos sienten que es un héroe en cierto modo. Tengo un estudiante que tiene un aspecto físico muy fuerte y verlo acercarse al señor Cannon al final de su charla y tener una conversación con él, el hecho de hablar con él sobre su experiencia, eso nunca había ocurrido en mi clase.
¿Qué es lo más difícil de enseñar este plan de estudios?
Weaver: El aspecto socioemocional: prestar atención y reflexionar sobre cómo los estudiantes reciben la información. Muchas cosas pueden ser desencadenantes. Probablemente no vuelva a hacerlo, pero una vez mostré una declaración de uno de los policías que estaban en el cuartel de Jon Burge [varios agentes participaron en torturas policiales bajo el mando de Burge]. Un estudiante tuvo que salir del salón porque se sintió físicamente mal al escuchar la declaración del policía.
¿Cómo se relaciona con las preguntas más importantes sobre el trabajo policial en este momento, y la forma en que estos temas se incorporan en su clase?
Weaver: Hablamos del racismo. Hablamos de la diferencia entre el racismo institucionalizado y el individual. Hablamos de la banca, de la vivienda, de la atención sanitaria y de todas las situaciones que afectan a las comunidades minoritarias. Comprenden las relaciones con todos estos sistemas y cómo tienen que cambiar para ayudarnos a vivir mejor. Definitivamente [los estudiantes] entienden mejor las comunidades en las que viven y se sienten más empoderados para hacer algo al respecto. Dicen: Qué ganas tengo de votar, o empiezan a hacer cosas dentro de la escuela para cambiar un poco la situación.
¿Qué recursos o materiales de apoyo le servirían a usted, y a otros educadores, para sentirse más respaldados a la hora de debatir sobre la policía y la raza en su clase?
Weaver: Lo que más desearía es que los profesores, aparte de mi, los de raza blanca, adopten este plan de estudios y lo enseñen a sus estudiantes, especialmente en las comunidades de blancos que necesitan conocer esta historia. Necesitan saber por qué las comunidades de raza negra de todo el país están preocupadas por el control policial y por qué hay muchas movilizaciones para que esto cambie.
Traducido por Beatriz Oliva