Este artículo, publicado originalmente en inglés por Block Club Chicago, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).
Por Mauricio Peña, Block Club Chicago
PILSEN — Durante casi dos años, los funcionarios de la municipalidad han presionado para establecer un distrito histórico en sitios de Pilsen, esto a pesar de la oposición de algunos vecinos.
Los vecinos que han vivido en el barrio durante muchos años y que se oponen al plan, argumentan que la designación atiborraría a los propietarios de viviendas —quienes pertenecen a la clase trabajadora— con costos adicionales, limitaría su capacidad de vender sus propiedades y ocasionaría una mayor gentrificación.
Pero de cualquier manera, la municipalidad ha avanzado en el plan, con funcionarios diciendo que la designación histórica evitará que los desarrollos en auge cambien la personalidad del barrio.
Ahora los residentes exigen al Comité de Zonificación de la municipalidad que someta el asunto a votación para que exista una oportunidad de eliminar la propuesta. Si en enero no se convoca a una votación durante la reunión de zonificación, en febrero el distrito histórico se implementará de manera automática.
Vecinos como Victoria Lugo, quien ha vivido en Pilsen toda su vida, dijeron que el aumento de los costos de mantenimiento de una casa ubicada en un distrito histórico y en última instancia, el aumento de los impuestos a la propiedad, desplazaría a más familias latinas del barrio ya de por sí gentrificado.
“Me gustaría poder ser más positiva en relación a lo que he visto ha sucedido en otras áreas de la ciudad y del país que han sido designadas distritos emblemáticos”, dijo Lugo, quien es propietaria de una casa ubicada dentro de los límites propuestos del distrito.
“Desafortunadamente, a los residentes que han vivido durante muchos años [en un barrio] simplemente no les va nada bien en ese tipo de distritos. Sentimos que la municipalidad se preocupa más por los edificios que por la gente que vive en ellos”, agregó.
Este mes, el Departamento de Planificación y Desarrollo de la municipalidad ha programado tres reuniones comunitarias virtuales; la primera se realizó el lunes 5 de octubre.
Está pendiente una revisión de la propuesta para realizarse en noviembre, según se estipula en una carta del presidente de la comisión, el concejal Tom Tunney (distrito 44), diciendo que en julio, el departamento de planificación de la municipalidad recibió una extensión de seis meses para “hacer partícipes en del proceso a las partes interesadas de la comunidad”.
En enero próximo, momento en que el período de gracia de seis meses venza para la municipalidad y se agote el tiempo para una votación, podría ya no importar lo que los residentes digan.
El concejal Byron Sigcho-López (distrito 25) dijo que los funcionarios municipales están tratando de eludir el “proceso democrático” e imponer el distrito, a pesar de la oposición.
“Si [la municipalidad] pasa por alto a la comunidad, esto establecerá un precedente horrible”, dijo. “Esto no tiene el apoyo de la comunidad ni de nadie”.
‘Una abrumadora mayoría de los residentes está en contra’
En noviembre de 2018, los funcionarios de la municipalidad presentaron la propuesta para el distrito histórico de Pilsen, un componente de una estrategia de cinco partes destinada a preservar a las comunidades mexicanas y mexicoamericanas en Pilsen y en La Villita.
Como parte de la propuesta, la municipalidad pretende establecer como edificios históricos a más de 850 edificios inspirados en el estilo barroco y construidos entre 1875 y 1910, junto con murales que datan desde 1978. Los funcionarios dijeron que la designación mantendría dos períodos de tiempo significativos en la historia del barrio. Se convertiría en uno de los distritos históricos más grandes de la ciudad.
Al mes siguiente, la Comisión de Monumentos de la municipalidad aprobó una recomendación preliminar que abarca un tramo de 1.5 millas de la calle 18 y la avenida Blue Island, así como cuadras residenciales unidas por la calle 18, la avenida Ashland, la calle 21 y la avenida Racine.
Si se hace oficial, el distrito histórico de Pilsen se uniría a otros 59 distritos históricos con nueve extensiones en todo Chicago.
Los conservacionistas apoyaron el distrito, mientras que los residentes se opusieron abrumadoramente. Muchos propietarios dijeron que los residentes que han vivido muchos años en el barrio no podrán solventar los altos costos de mantener un edificio histórico, especialmente en casos de que haya que hacer reparaciones inesperadas en las fachadas.
Durante una polémica reunión en la biblioteca Rudy Lozano realizada en abril de 2019, los propietarios abarrotaron la biblioteca para manifestarse en contra de los funcionarios municipales.
Leticia Guerrero, residente de Pilsen de toda su vida, dijo que la municipalidad estaba tratando de “meternos esto a la fuerza”. Los propietarios deberían ser lo que decidan si su propiedad se convierte en un edificio histórico, dijo Guerrero en esa ocasión.
Arturo Garza, quien nació y creció en Pilsen y que es propietario de cinco propiedades ubicadas en los límites del distrito, dijo anteriormente que se oponía a la designación porque esto devaluaría las propiedades al restringir su uso.
Para algunos residentes de Pilsen, estas propiedades son su “plan de jubilación”, expresó Garza hace un año.
“Este es su plan de retiro (401K). No tienen una pensión. No tienen beneficios fijos procedentes de la municipalidad de Chicago. Esto es todo lo que tienen”, dijo. “Si no pueden vender su propiedad para un mejor uso y más elevado, van a eliminar una gran parte de sus reservas”.
Los propietarios también estaban preocupados de que ciertos incentivos sólo serían accesibles si invirtieran un mínimo del 25 por ciento del valor del mercado de la propiedad, lo que argumentaron está fuera del alcance de la gran mayoría de los propietarios de Pilsen.
Los vecinos también se han sentido presionados en apoyar al distrito.
El año pasado, dos constructores solicitaron la demolición de edificios que serían emblemáticos bajo el plan de la municipalidad. Desde que el área recibió la designación histórica preliminar, esas solicitudes desencadenaron un proceso complicado a través del cual la comisión del plan intentó presionar para la aprobación final del distrito, a fin de evitar la demolición de esos edificios.
Esto enfureció a los vecinos que sentían que la municipalidad estaba acelerando la propuesta con poca participación de la comunidad. Finalmente, las solicitudes de demolición fueron retiradas.
Los funcionarios de la municipalidad dijeron que recibieron cinco cartas de apoyo para la propuesta de la designación y 65 en contra, esto durante una audiencia pública realizada el año pasado antes de que se estableciera la comisión de la designación.
El desacreditado ex concejal Danny Solís tampoco apoyó la designación histórica.
Antes de dejar el cargo, Solís le dijo al departamento de planificación de la municipalidad que no apoyaría el distrito histórico y sugirió que trabajaran con el nuevo concejal y la comunidad para preservar la personalidad del barrio, según le dijo en ese entonces un empleado de Solís a Block Club Chicago.
A principios de este verano, el Ayuntamiento aprobó una extensión de seis meses que daría tiempo al Departamento de Planificación y Desarrollo de la municipalidad para trabajar más de cerca con la comunidad en sus preocupaciones.
Pilsen Alliance, grupo activista que realiza planes de viviendas asequibles y otros temas que afectan a los residentes de Pilsen, ha organizado protestas afuera del restaurante Ann Sather propiedad de Tunney y de su casa, pidiendo al concejal que someta a votación el distrito histórico de Pilsen.
“Queremos un voto… están tratando de retrasarlo”, dijo Moisés Moreno, director del grupo comunitario. “Hemos tenido cuatro reuniones comunitarias y la gente ya ha hablado, y la abrumadora mayoría de los residentes está en contra”.
El departamento de planificación y desarrollo de la ciudad organizará otras dos reuniones (virtuales), el 14 de octubre a las 12:30 p.m. y el 27 de octubre a las 4 p.m.
Los funcionarios de la municipalidad planean “presentar opciones del distrito con referencias flexibles, oportunidades de aportes y orientación comunitarios, y herramientas relacionadas que puedan ayudar a los interesados a determinar su futuro en el barrio”.
En las reuniones, los líderes municipales también detallarán los incentivos disponibles incluyendo $3 millones en fondos de “Adopt-A-Landmark”.
Al preguntarle por qué la municipalidad continuó impulsando la designación a pesar de la oposición de los vecinos, Peter Strazzabosco, portavoz del Departamento de Planificación y Desarrollo, dijo que en las reuniones los funcionarios discutirán “las muchas razones” para su defensa.
En un correo electrónico, Strazzabosco destacó que el distrito histórico es una “herramienta importante que puede ayudar a la comunidad a controlar las demoliciones y el desplazamiento, que es la tarjeta de presentación de la gentrificación”.
Si se anulara la designación histórica, la misma designación no podría ser reconsiderada, y eso “expondría de manera permanente a uno de los barrios más antiguos y únicos de la ciudad a tendencias de desarrollo que ya están cambiando su personalidad histórica y su población”, dijo Strazzabosco.
Sigcho-López agregó que esas mismas protecciones se pueden lograr a través de una moratoria en las demoliciones y desconversiones, no muy distinto a lo que se ha implementado a lo largo del corredor 606.
En mayo, el concejal presentó una ordenanza que prohibiría a la municipalidad emitir permisos de demolición, grandes proyectos y desconversiones sin una reunión pública.
“Planeamos concentrarnos en el alivio de la vivienda que tanto nuestros propietarios como nuestros inquilinos necesitan en este momento”, dijo Sigcho-López. “La designación histórica hace muy poco por abordar las demoliciones y pone una carga adicional en las personas que ya están luchando”.
‘No hay manera de competir con un gran constructor’
Varios vecinos que hablaron con Block Club Chicago, dijeron que el plan no favorece a los pequeños propietarios de viviendas que pertenecen a la clase trabajadora y que carecen de recursos financieros o tiempo para navegar con el proceso de los permisos.
Enrique Magaña, quien ayuda a su padre a administrar una propiedad dentro de los límites del distrito, comentó que el plan beneficiaría a los constructores con más recursos y experiencia en la navegación del proceso de permisos burocráticos de la municipalidad.
“Tendríamos que saltar a través de tantos aros”, dijo Magaña. “No tendríamos una representación adecuada, sin mencionar que el Ayuntamiento está abierto de 9 a.m. a 5 p.m., y la gente trabaja durante esas horas… No hay manera de competir con un gran constructor”.
Isabel Hernández, quien vive y ayuda a su anciana madre a manejar un edificio pequeño de apartamentos en el distrito propuesto, dijo que muchos propietarios no tienen el dinero para calificar para algunos de los incentivos disponibles.
“Es ridículo porque cuesta mucho dinero”, expresó.
A Hernández le encantaría ver la preservación de los edificios más antiguos, especialmente si los constructores continúan reemplazándolos con condominios de lujo.
Mateo Betanzos, quien creció en Pilsen y compró una casa en el barrio hace casi dos décadas, dijo que no sabía que el distrito histórico se había propuesto hasta hace poco.
El distrito histórico sólo complicaría la gentrificación ya existente al expulsar a los propietarios de viviendas de bajos ingresos que no pueden pagar mejoras en la construcción, y a los inquilinos que probablemente pagarían alquileres más altos a los propietarios que tratan de compensar los nuevos gastos y el aumento de los impuestos a la propiedad, agregó Betanzos.
“No pensaba hacer ninguna renovación, pero si lo hiciera, estaría jodido”, expresó Lugo, de 44 años de edad. “Ahora tendrías que conseguir todo en oferta”.
Lugo agregó que la arquitectura histórica de la zona debe ser preservada, pero no a expensas de los residentes de Pilsen.
“Estoy totalmente de acuerdo en que vale la pena preservarlo, siempre y cuando no estemos desplazando a las mismas personas que han convertido estos edificios en casas y que han tomado estas calles y las han convertido en una comunidad”, dijo Lugo.
Betanzos estuvo de acuerdo.
“Entiendo que quiera preservar la arquitectura y que las cosas se vean a la par, pero ¿qué hay de la gente?”, dijo Betanzos. “La municipalidad se preocupa más por los edificios que por la gente que vive aquí”.
Betanzos destacó que estaba frustrado porque la falta de avisos por parte de la municipalidad a los propietarios. Si la designación pasa, Betanzos señaló que el barrio va “a empezar a parecerse a Lincoln Park o Logan Square”.
“La municipalidad no quiere que esto se sepa”, agregó. “Quieren que la gente no sepa, así pueden aprobarla [la designación histórica]”.
Traducido por Gisela Orozco