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Una nueva exposición de arte contemporáneo eleva las experiencias latinxs

Una muestra significativa de arte intergeneracional que presenta DePaul Art Museum, celebra las contribuciones de los artistas latinos que tienen lazos con Chicago.

Este artículo, publicado originalmente en inglés por Borderless Magazine, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).

Por Claire Voon

En 2019, Yvette Mayorga comenzó a pintar jarrones con su técnica característica   —decoraciones en colores acrílicos hechas con manga pastelera y otras herramientas de decoración de pasteles— para crear obras de arte viscerales que desafían los mitos del sueño americano.

En su obra “A Vase of the Century 1 (After Century Vase c. 1876)” recrea un jarrón decorado que data del siglo XIX y que conmemora el centenario de Estados Unidos; sólo que la artista originaria de Chicago ha insertado imágenes que reflejan su historia personal como hija de inmigrantes mexicanos. Una figura de piel morena luciendo una gorra de béisbol reemplaza el retrato de George Washington, y las viñetas del muro fronterizo Estados Unidos-México reemplazan las escenas patrióticas. Rodea el jarrón una pulsera juguetona y juvenil, decorada con motivos de caritas sonrientes, cerezas y coches rosas de muñeca Barbie.

Para Mayorga, la transformación se centra en la experiencia de inmigración de su familia mientras la ancla en historias de opresión y represión. “Mi familia ha contribuido a la construcción de este país a través de la explotación laboral”, dijo. “Contar estas historias e integrarlas en obras de arte históricas, es una manera de hacerlas importantes. Esto continúa mostrando nuestra visibilidad como figuras importantes en la historia de este país”.

En febrero pasado, el DePaul Art Museum (DPAM) adquirió la pintura de Mayorga como parte de una  iniciativa institucional relevante para aumentar la visibilidad de los artistas latinos, especialmente aquellos con lazos con Chicago. Actualmente el museo tiene en exhibición “LatinXAmerican”, una exposición de artistas del patrimonio latinoamericano y caribeño, que muestra una amplia gama de perspectivas distintas sobre la identidad tocando temas como la inmigración, la difusión cultural, la colonización, el trabajo y la artesanía.

Pinturas contemporáneas, fotografías, esculturas y más obras de casi 40 artistas, llenan las galerías en dos pisos en lo que es la mayor muestra de artelLatinx jamás realizada en los 36 años de historia del DPAM. (DPAM utiliza el término latinx como una “alternativa no binaria e inclusiva de género a latino o latina”, pero reconoce que no todos los artistas se identifican como tales.) En exhibición hasta el 15 de agosto, la gente puede prácticamente caminar por la exposición bilingüe mientras el museo permanece cerrado debido a la pandemia.

La mayoría de las piezas provienen de la colección permanente del DPAM y fueron elegidas no solo por un solo curador, sino por seis empleados y pasantes, la mitad de los cuales se identifican como latino/a/x. Mientras que se muestran las obras de artistas reconocidos y ya establecidos como la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide y la artista gráfica chicana Ester Hernández, también están presentes muchos artistas que tienen una presencia menos sólida en los museos de EE.UU. 

Estos incluyen a Salvador Jiménez-Flores, quien esculpe tótems estoicos en forma de nopal que simbolizan la resistencia de los inmigrantes, y a Melissa Leandro, cuyo evocador trabajo textil “Fossil Things” (2018) explora la identidad cultural y el espacio doméstico; esta pieza fue adquirida por DPAM el año pasado.

“Lo que hace ‘LatinXAmerican’ es explorar las conexiones interculturales y la resbaladiza, complicada y hermosa manera de vivir entre culturas”, dijo Laura-Caroline de Lara, directora interina de DPAM. “Estamos minando nuestra colección para obtener una gama completa de artistas latinx que están presentes y realmente estamos tratando de aumentar nuestros esfuerzos para llenar vacíos, que son muchos”.

Esta última meta es una motivación central de la iniciativa latinx, el esfuerzo plurianual de DPAM para representar mejor a las diversas comunidades latinx de Chicago a través de sus colecciones y su programación. Lanzada el año pasado, la iniciativa fue originalmente desarrollada bajo el liderazgo de la ex directora y curadora en jefe Julie Rodrigues Widholm, en respuesta a una encuesta de 2019 sobre la diversidad de artistas en 18 grandes museos de EE.UU. (DPAM no estaba entre el grupo).

El estudio realizado por varios autores y que fue publicado en el sitio web de la organización sin fines de lucro Public Library of Science (PLOS), reveló que sólo el 2.8 por ciento de los artistas de esas colecciones son hispanos/latinos. Al mismo tiempo, el arte y los objetos saqueados de Centro y Sudamérica, muchos tomados durante las conquistas coloniales, permanecen en colecciones de todo el mundo; miles de reliquias siguen circulando en el mercado del arte. (Una exposición actual en el DPAM de la artista Claudia Peña Salinas, examina las disputas sobre la repatriación de un tocado azteca —El penacho de Moctezuma— que se muestra en un museo de Viena.)

El DPAM todavía está recopilando estadísticas sobre su colección de 4,000 objetos, pero una representación adecuada del arte latinx es “algo que sabemos que nos hace falta”, dijo de Lara. “Y esta [iniciativa] somos nosotros trabajando activamente en ello”. Especialmente teniendo en cuenta que las comunidades latinxs representan el 29 por ciento de la población de Chicago y el 16 por ciento del cuerpo estudiantil de DePaul, “simplemente tenía sentido hacer algo para parar ese número tan desproporcionado”, agregó.

“Siendo parte de una universidad, también usamos nuestras obras de arte como herramientas de enseñanza. Gran parte de lo que buscamos en nuestro trabajo es abordar temas que reflejan a nuestras comunidades de Chicago”.

La exhibición “LatinXAmerican” de DPAM tiene como objetivo incluir artistas latinos de diferentes generaciones y circunstancias, reflejando la diversidad de la experiencia latinx.

Se conmemoran recuerdos agradables, como en la enérgica pintura de Cándida Álvarez de 2001 “Son So & So”, que lleva el nombre tanto de su hijo como el de los ritmos de la música de Cuba que disfrutó mientras crecía en Puerto Rico. Y hablando del lenguaje de deseo a través de pétalos de flores, Alejandro Jiménez-Flores ofrece tiernas obras de pastel y yeso basadas en las experiencias lúdicas de su infancia en México.

Otras obras documentan la organización política y el poder comunitario, como las serigrafías de Nicole Marroquín, que registran las contribuciones de los latinxs en Chicago en temas de justicia social. Una relata los detalles del levantamiento estudiantil en la secundaria Harrison en 1968, cuando estudiantes mexicanos, mexicoamericanos y puertorriqueños marcharon en solidaridad con sus compañeros negros para protestar contra la discriminación. Otro recopila titulares de más de dos docenas de periódicos locales publicados en español e inglés, que circularon entre 1927 y 1985.

La fusión personal y política está presente en la performance de Tanya Aguiñiga “America’s Wall (El muro de América”, en la que imprimió una sección del muro fronterizo entre Estados Unidos y México en una hoja blanca. Aguiñiga, artista radicada en Los Ángeles y  que creció en Tijuana, México, hizo el trabajo como una forma de educar a la gente sobre la frontera en un momento en que el ex presidente Donald Trump estaba hablando sobre construir un muro.

“La gente me preguntaba, ‘¿Así que todavía no hay muro?’. Fue esta falta de conocimiento sobre las tierras fronterizas cuando no viven lo suficientemente cerca [lo que me inspiró]”, dijo Aguiñiga, quien durante 14 años cruzó regularmente la frontera para asistir a la escuela en San Diego. “No mucha gente [en Estados Unidos] sabe lo que es conocer a alguien de la frontera”.

En 2018, después de que se construyeron prototipos para el muro de Trump cerca de la frontera entre California y México, Aguiñiga y su equipo viajaron allí. En el lado de México, frotaron una lámina empapada en vinagre en una sección de cercas erigida en 1994 —barrotes de metal reciclados de la Operación “Tormenta del Desierto”—oxidando la tela de manera efectiva. “Así podría tener una cerca que pudiera viajar”, dijo Aguiñiga. “Podría mostrársela a la gente y decir, ‘mira, la cerca existe, así es la textura’. Esta es la cerca que traza tantas instancias del imperialismo de EE.UU. y tanto dolor, específicamente contra la gente de piel morena”.

En la documentación del performance los prototipos del muro son sólo visibles, sus superficies están pulidas, esto en contraste con las superficies desgastadas de su predecesor. “La frontera es literalmente, esta cicatriz enorme en la tierra, pero también a través de nosotros”, agregó Aguiñiga. “Es este dolor constante que llevamos [con nosotros]”.

DPAM es sólo una de las muchas instituciones culturales de EE.UU. que gradualmente están reconociendo estas experiencias como parte de la historia estadounidense. Para la artista Mayorga, la representación está muy atrasada. “Este es el comienzo para reconocer la importancia de nuestras voces y para realmente representarnos en la historia del arte contemporáneo estadounidense”, dijo. “Pero espero que sigamos siendo incluidos más allá de este marco y no sólo ser definidos por nuestra raza o etnia”.

La exposición “LatinXAmerican” del DePaul Art Museum’ está abierta hasta el 15 de agosto. Puede verse en línea mientras las instalaciones del museo están cerradas debido a la pandemia COVID-19.

Traducido por Gisela Orozco

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