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Waste Management queda fuera del programa de reciclaje de la municipalidad de Chicago

La compañía perdió el contrato con la municipalidad después de que una investigación de la BGA revelara cómo Waste Management cobraba el doble por procesar los materiales en contenedores de reciclaje.

Este artículo, publicado originalmente en inglés por Better Government Association, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).

Por Madison Hopkins

La municipalidad de Chicago cancela su contrato con quien fuese su proveedor de reciclaje más grande, al renovar un programa fallido que ha sido criticado por años y que presenta uno de los índices de reciclajes más bajos del país.

Waste Management, la compañía de transporte de desechos más grande de América del Norte, perdió la licitación que mantendría su contrato después que el Departamento de Aseo y Ornato de la ciudad decidió aceptar la oferta de otro competidor para hacerse cargo del programa.

El procedimiento se llevó a cabo después de una investigación del Better Government Association de 2018 que descubrió que el programa de reciclaje de Chicago presentaba enormes problemas para viviendas unifamiliares y edificios de departamentos pequeños.

La BGA detalló que la tasa de reciclaje de la ciudad se encontraba habitualmente bajo el 10 por ciento y que la empresa Waste Management, la firma más grande a cargo del reciclaje residencial, clasificaba a los botes azules (blue carts en inglés) como 20 veces más contaminados que otros colectores de reciclaje de la ciudad. Como resultado, la ciudad a menudo pagaba a Waste Management dos veces por procesar los mismos materiales: una vez por la clasificación de los contenedores y otra cuando enviaba el contenido de estos mismos a sus vertederos.

Waste Management fue la única empresa de transporte de reciclaje del programa, conocido como Botes Azules, la cual también tenía un contrato con la municipalidad para depositar desechos en sus vertederos.

Una vocera de la compañía no devolvió las llamadas telefónicas que se le hicieron solicitando comentarios antes de esta publicación. En 2018, en respuesta a la investigación de la BGA, dicha vocera indicó que nunca hubo ningún incentivo económico en la implementación del sistema de etiquetado de contaminación que usaba la empresa.

“La contaminación debido al reciclaje es indiscutiblemente común a lo largo del país. Y Chicago no es la excepción”, dijo en ese entonces la vocera de la empresa, Lisa Disbrow.

Tras la investigación de la BGA, el comisionado de Aseo y Ornato, John Tully, dijo en una entrevista que la municipalidad iba a rehacer el contrato para abordar el dilema del proceso de clasificación de botes contaminados, entre otros temas.

“Ya hay suficiente culpa dando vueltas, incluso sobre la forma en que la ciudad estaba manejando el problema”, dijo Tully en 2018.

Desde entonces, la municipalidad renovó el contrato con Waste Management de forma anual, pero el año pasado abrió el contrato para licitación. Y el lunes 5 de abril, Tully anunció que la ciudad llegó a un acuerdo con la empresa de reciclaje Lakeshore Recycling con un contrato de $79.6 millones, el cual incluye una revisión del sistema de clasificación de contenedores de reciclaje como contaminados.

“El Departamento de Aseo y Ornato se compromete a apoyar los esfuerzos de diversificación de los desechos”, dijo por medio de un comunicado. “El contrato permite penalizaciones por desechos no recolectados y contiene una clarificación más amplia y precisa en lo que respecta a la clasificación sobre contaminación. Pensamos que esto mejorará los índices de reciclaje”.

El nuevo contrato es de tres años y comenzará en junio. Bajo el acuerdo, Lakeshore se hará cargo de cuatro de las seis zonas de reciclaje en el noroeste y sur de Chicago. Las otras dos zonas, el lado norte y suroeste, continuarán siendo manejadas por el departamento de saneamiento.

La empresa Lakeshore ha estado a cargo del reciclaje en una zona de Chicago por años, en el lado sur, como parte de la “competencia manipulada” de servicios de reciclaje privados y públicos, un proceso que comenzó durante la administración del ex alcalde Rahm Emanuel. La investigación de la BGA reveló que las tarifas de contaminación de Lakeshore no eran tan altas como las de Waste Management.

Bajo el nuevo contrato, se le pide a Lakeshore, ahora conocido como LRS, recoger los botes azules en sus zonas correspondientes con menos de 50 por ciento de contaminación. La compañía será sancionada por botes que no hayan sido recogidos, de acuerdo a un comunicado de la alcaldía.

La ciudad también anunció que espera ver los resultados de un amplio estudio sobre desechos y reciclaje, gestionado por el Instituto Delta a fines de junio. Los hallazgos de la investigación se usarán para determinar los pasos a seguir y así mejorar el sistema de reciclaje de la ciudad, según el comunicado.

Traducido por Marcela Cartagena

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